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Reconversión de hoteles a co-living, estrategia frente a la “nueva normalidad”


Derivado de la pandemia por Covid-19, una de las industrias con afectaciones severas fue la del turismo y la hotelería. Debido a las restricciones de movilidad y el confinamiento, los hoteles se vieron obligados a parar sus operaciones casi por completo y a re-evaluar sus protocolos y modelos ante la llegada de la “nueva normalidad”.


La actividad turística se reactivará de manera paulatina y no homogénea en los diversos destinos, y los especialistas pronostican que los niveles de ocupación hotelera vistos en 2019, podrían recuperarse hasta 2022. En este panorama, actores del sector han evaluado diferentes estrategias, una de ellas, es la reconversión de hoteles a espacios residenciales bajo el formato co-living, propuesta por la firma de arquitectura y urbanismo BroadwayMalyan (BM).


“Ante la crisis del turismo y el auge del teletrabajo, el sector hotelero tiene la oportunidad de transformarse en una alternativa habitacional moderna y flexible, que aproveche la capacidad de movilidad geográfica del home office, y les ofrezca un paquete estimulante de ocio y trabajo en nuevos destinos a descubrir”, destacó la firma.



En este sentido, publicó una serie de medidas y recomendaciones para poder llevar a cabo dicha transformación. Éstas se dividen en dos puntos principales:

a) zonas comunes del edificio, como salones, restaurantes, salas y bares; y

b) habitaciones, grupales o agrupaciones (cluster).


Zonas comunes


De acuerdo con la firma, el objetivo del co-living es crear un ambiente en la vivienda compartida que inspire a sus residentes a ser creativos y participantes del mundo que los rodea, por lo que busca proyectar la colaboración y el encuentro no solo de sus habitantes, sino de la comunidad externa.


Los espacios comunes son donde los co-livers pueden establecer relaciones y compartir experiencias, por lo que se requieren zonas flexibles, de relajamiento, de co-working, y/o de entretenimiento. Por esta razón, BroadwayMalyan recomienda ajustar las instalaciones de uso común de los hoteles, y ubicar en ellas, por ejemplo, áreas de comedor, salas para realizar reuniones privadas, salas de trabajo y estudio, y terrazas exteriores.


Habitaciones individuales


BM señala que esencialmente, la habitación de un co-living es muy parecida a la de un hotel, pues se compone de una zona de aseo, un armario o ropero, un espacio para cocinar y comer, así como uno para dormir. La forma de acondicionar habitaciones de hotel, es añadir de los elementos anteriores, aquellos con los que aún no cuenta.


Espacios compartidos


Por otro lado, se pueden crear clusters de habitaciones que son zonas comunes donde se comparten la cocina y la sala de estar.


“La distribución tradicional de un hotel hace muy fácil la creación de un Cluster. Según las necesidades especiales, podemos convertir una o dos habitaciones estándar en zonas comunes. Las áreas húmedas o de aseo, pueden situar las nuevas instalaciones de cocinas para aprovechar la estructura existente. Por otra parte, las habitaciones individuales asociadas al cluster requerirán de intervenciones reducidas”, determina BM.



Sin duda, de frente a la “nueva normalidad”, la capacidad de transformarse y adaptarse a las necesidades, será esencial. Y ante el riesgo económico al que se enfrentan los complejos hoteleros, reconfigurar sus modelos y mercados resulta una estrategia factible.




Fuente: Inmobiliare.com

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